LA DIOSA IXCHEL. El Castillo

PRESUPUESTOS PARA ‘BARTOLA’

Están por verse los temas considerados como urgentes por los integrantes de la XV Legislatura quintanarroense. Se diría que apremia la comparecencia de los principales miembros del gabinete, de aquellos a los cuales las cuentas no les salen y los ignorantes de sus propios presupuestos y aplicaciones. Cuando puede darse por concluida su gestión y, por ende, queda anulada su presentación, es un informe del cual evitan hablar los legisladores, principalmente aquellos quienes dieron gritos de júbilo por el triunfo en algunas ocasiones y de exigencias en otras, sin mediar el tono y el lenguaje correcto en sus expresiones. Tampoco revelan la fecha en la cual empezarán a discutir los presupuestos, el de ingresos y el de egresos, del próximo año y si en este paquete también, al igual que sus homólogos federales, cancelan aumentos en las dietas y en los gastos, dejando exactamente igual el próximo al anterior, aunque lo mejor sería que disminuyeran también el aprobado para el año aún sin terminar.

Ese documento, el del presupuesto, tendrá la última palabra sobre lo que puede esperarse durante el año próximo. Una vez que se ha hecho pública la inexistencia de una auditoría sobre nóminas a fin de conocer cuántos son trabajadores reales y el número de esperados “aviadores”, de las malas condiciones en las cuales laboran en las oficinas de la burocracia, la carencia de insumos para laborar, el retraso tecnológico existente, la falta de mantenimiento lo mismo en escuelas que en hospitales, el abandono en las casas de la cultura y las malas condiciones de los inmuebles propiedad del estado, requerirían una fortuna para poder hacer frente a toda esta relación en la cual también se incluyen los servicios médicos, la introducción de servicios como pavimentación, banquetas, luminarias; equipamientos para los cuerpos de seguridad e inclusive bomberos, etcétera. No pueden excluirse las partidas hacia el campo, para el combate a la pobreza, aportaciones en programas al alimón con la Federación y la carga de un importante déficit.

Por ahora, el espectáculo ofrecido por los legisladores no tiene desperdicio. Ya se tomaron las fotos suficientes para dar a conocer que son dos y del mismo partido los añorantes de la eliminación del fuero, como si en realidad éste no fuese posible eliminarlo. También se presentaron las renuncias, las traiciones y los argumentos en defensa de posiciones en contra del partido al cual se acogieron para ser candidatos. La proyección revela la inconsistencia y la falta de compromiso, el vaivén del comportamiento, los elementos causantes de la desconfianza ciudadana a todo color. El ejemplo bien puede situarse en la votación en favor de la eliminación de un cuerpo de seguridad para exgobernantes. Leslie Hendricks levantó la mano para aprobar una modificación planteada por los partidos opositores y seguramente provino de ser testigo que su padre no los ha necesitado durante más de 10 años. También “Candy” Ayuso, priista, se unió a la exrectora de la UTC, lo cual no extrañó una vez que se le ha etiquetado de “joven comparsa”.

Lamentable es presenciar el anuncio de la creación de nuevas leyes lejos de exigir, primero, se cumplan las existentes. Respetar lo ya escrito y esforzarse porque así sea, representa la garantía de respeto hacia las siguientes decisiones. ¿Qué ofrecen los de Uber para lograr se emita una nueva ley de transporte? Se ha presentado también una iniciativa para incrementar el valor del patrimonio familiar en Quintana Roo. Los tricolores pretenden evitar las acciones de embargo y dar protección a este patrimonio. Esta posibilidad surge de las demandas frecuentes emitidas por instituciones crediticias para despojar de la vivienda ante adeudos contraídos. El sentido es muy correcto, sólo que se topa con las últimas disposiciones dictadas por la Federación. Aunque lograr que sean también inembargables los contenidos en las casas, incrementar el monto de protección de 15 a 25 mil días de salario mínimo y asignarle a la defensoría pública estatal los expedientes sin pagar derechos o contribuciones, para lograr la inscripción en el Registro Público de la Propiedad, resulta más que aceptable.

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